lunes, 9 de enero de 2017

LA CUARTA DIMENSIÓN - SINTESIS CAP.06 - LA RESPIRACIÓN


LA CUARTA DIMENSIÓN - SINTESIS CAP.06 - LA RESPIRACIÓN

Breve introducción a las enseñanzas de este capítulo.


El cuerpo humano es un microcosmos complejo y perfecto que la Voluntad debe aprender a gobernar, como un Dios todopoderoso dador de Vida.

Más de cincuenta billones de células deben coordinarse y ordenarse para dar lugar a los órganos que forman nuestro cuerpo. Como las galaxias se ordenan para dar su forma al Universo.

Las células viven en el interior de nuestro organismo, un cuerpo gigantesco e inabarcable para su entendimiento, como nos sucede a nosotros viviendo en el interior del Universo. Sin una visión del exterior, nuestras células no pueden tener noción de la realidad que es nuestro cuerpo, ni nosotros podemos tenerla de la realidad que es el Universo.

La percepción que tienen las células sobre nosotros mismos, se asemeja a la percepción que nosotros tenemos sobre Dios. Una percepción anhelante y difusa a la espera de una confirmación.

De modo análogo a como hacemos nosotros, las células nacen crecen aprenden y trasmiten su memoria a sus descendientes, antes de morir. Cada una conoce su lugar y su función y pone su pequeña voluntad en cumplir su tarea a la perfección.

Gracias  a  que  cada  una  de  ellas,  obra  con  la  precisión  y  la  diligencia  debidas  nuestro cuerpo disfruta de salud y armonía. Siempre que seamos como debe ser un padre responsable y lo tratemos con buenos alimentos, buenas palabras y buenos pensamientos.

Un solo pensamiento negativo, causará tal revuelo en nuestro organismo que debilitará durante horas el sistema inmunológico, una palabra de desaliento le causará depresión y retraso funcional, una alimentación excesiva o repleta de productos artificiales,  conservantes, colorantes, edulcorantes, saborizantes... será percibido por nuestros órganos como un trabajo excesivo, innecesario e injusto, y si nosotros persistimos y persistimos en tal injusticia, nuestros órganos agotarán su gran paciencia y se rebelarán, dejará de importarles su lugar y su función en el cuerpo y nosotros conoceremos la enfermedad y el dolor.

No sólo tenemos el deber de alimentar y tratar bien el Microcosmos que está bajo nuestra responsabilidad. También debemos procurarle el placer que nosotros esperamos de nuestro Dios... ¡que se acuerde de nosotros!, que nos su aliento, que renueve nuestras vidas, nuestra fuerza vital.

Hay algo s importante para nuestras células que la comida, la palabra y el pensamiento que les procuramos. Es nuestro propio aliento, nuestra respiración que es para ellas la constante renovación de sus vidas, de su fuerza vital, de su razón de ser. Su conexión más directa con nosotros, su Dios.

Para mantenerse vivas, nuestras células necesitan del aliento vital que reciben cada vez que respiramos, al igual que el Universo necesita del  “Aliento Renovador”.

Sin nuestro aliento, el Microcosmos que representa nuestro cuerpo, perdería su fuente vital y  moriría.  De  igual  modo  moriría  todo  el  Universo  si  Dios  nos  negara  su  Atención  y  su Aliento. Todo el Universo se quedaría sin la Luz que lo renueva, se quedaría apagado, a oscuras, y moriría.

Por ser hijos de Dios y aprendices de Dios, tenemos que aprender a gobernar bien sobre nuestro cuerpo, antes de ponernos a gobernar el Universo.

Microcosmos y Macrocosmos difieren en su tamaño pero son semejantes en su complejidad.

Una respiración inconsciente, maleducada, es una respiración insuficiente, un Microcosmos desatendido, empobrecido...

Un Universo a media Luz.


En el sexto capítulo, desde la gina 51 a la 60, el autor trata de hacernos comprender la importancia de La Respiración.




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