martes, 31 de enero de 2017

LA CUARTA DIMENSIÓN - SINTESIS CAP.08 - EL ALMA


LA CUARTA DIMENSIÓN - SINTESIS CAP.08 - EL ALMA

Breve introducción a las enseñanzas de este capítulo.


No podemos ver el Tiempo, pero ahí está, condicionando nuestras vidas. Tampoco podemos ver la Voluntad, pero todos sabemos si es fuerte o débil por el dominio que ejerce sobre su vehículo, el cuerpo material.

Cuando la Voluntad consigue imponerse a los deseos propios del pensamiento y logra convertirlo en su servidor s obediente, el Alma ya está madura para nacer a la Eternidad.

La Cuarta Dimensión Eterna es el hogar propio del Alma pero, ¡Cuidado!, el hogar del Alma no es un lugar habitado sólo por almas. Por fantástico que pueda parecerle a la razón humana, la realidad es que la Eternidad es un lugar fabuloso habitado por cuerpos y Almas. Igual que en este mundo, sólo que allí, además de ver el cuerpo material se ve también el Alma que lo anima. Es decir el cuerpo y el Alma están a la vista, y en el Alma se ve la perfección alcanzada, se ve el origen y el orden de su perfección, se ve su memoria, su saber, su experiencia, su paciencia... Se ve el Amor y la Sabiduría con sólo mirar la luz y el color del Alma.

Se puede tener  un atisbo de la realidad final que es el Tiempo,  la  Cuarta  Dimensión, si podemos entender que la experiencia que vamos adquiriendo en este mundo a lo largo del Tiempo va descubriendo nuestra Alma ndole s luz y s color a base de ejercicio de Amor y Sabiduría. Es decir en la luz del Alma se puede ver mo se ha ido ordenando su perfección en el Tiempo, se ve su tiempo de gestación, desde su inicio en la oscuridad del Espacio hasta alcanzar la luz del Tiempo.

En un mundo donde todos los cuerpos materiales emiten luz y color, luz y color que  representan la memoria más fiel de todo el tiempo del  Alma, no es necesario estudiar libros para adquirir conocimientos y aprender cosas nuevas. Si quieres conocer algún mineral no necesitas maestro experto en minerales porque cualquier piedra del camino te mostrará su memoria desde el principio de su tiempo y enriquecerá tu memoria con la  suya.

Si quieres conocer una planta tampoco necesitas un maestro que te sus conocimientos sobre tal planta porque a cualquier flor del camino puedes mirar, y con sólo mirarla estará a tu alcance la memoria propia de la flor que lleva consigo, la memoria de todas las generaciones que ha necesitado la especie para lograr la perfección que exhibe.

Ni tan siquiera necesitarás preguntarte a ti mismo si el nuevo vecino de enfrente es buena o mala persona porque te bastará con mirar la luz y el color de su Alma para compartir con él su memoria, para ser mientras lo observas, Uno con él.

En la Dimensión siguiente aprender y enseñar es tan natural como aquí respirar, no hay mayor maestro que el Tiempo, y el Tiempo tiene su propio lenguaje para enseñar, un lenguaje de luz, color y movimiento.


En el octavo capítulo desde la página 71 a la 80, el autor nos enseña sobre la realidad que es el Alma Universal, el Alma de la Naturaleza y nuestra propia Alma.



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