LA CUARTA DIMENSIÓN - SINTESIS
CAP.09 – LA PERFECCIÓN
Breve
introducción a las enseñanzas de este capítulo.
YO TENGO
–
YO SÉ
– YO SOY
Yo quiero tener – Yo quiero saber – Yo
quiero ser.
¿De dónde procede cada una de estas tres afirmaciones?
Son tres voces distintas que confluyen en nosotros mismos representando un misterio por
desvelar.
La voz del cuerpo, la voz del
Alma, la voz de la Conciencia.
Representan diferentes
dimensiones de una Realidad Única que iremos estudiando.
La mortalidad del cuerpo, la Inmortalidad del Alma, la Eternidad de la Conciencia, tienen su propia dimensión para manifestarse y realizarse.
En esta dimensión sólo el cuerpo físico está a la vista y no caben dudas sobre su realidad, pero ni en el Alma ni mucho menos la Conciencia que es Espíritu, pueden verse en este
mundo.
Para tener certeza visual de
la realidad que es
el Alma
hay que salir de
esta
tercera
dimensión para encontrarse en la Cuarta, la dimensión propia del Alma, la Dimensión de la Luz.
Para tener certeza visual de lo que es la Conciencia, hay que salir de la Cuarta Dimensión para encontrarse en la Quinta, que es
la primera dimensión del Espíritu.
Es decir, sólo el cuerpo resulta visible en esta dimensión, el Alma es visible en la Cuarta y
la Conciencia sólo es visible a partir de la Quinta Dimensión.
La Conciencia representa la parte más gorda del Misterio porque es un “cuerpo” que no ocupa ningún espacio y no necesita ningún tiempo para desplazarse.
La Conciencia no es materia ni es luz. La Conciencia
es
Espíritu y el Espíritu es la fuente de la vida que anima la Luz y la Luz es la fuente de la vida que anima la materia.
Es decir, para manifestarse en este mundo, el Espíritu, la Conciencia, necesita revestirse de un cuerpo de Luz, el
Alma y ésta se reviste de un cuerpo de materia.
La Conciencia es la Vida y la vida se manifiesta por doquier pero hay que entender que la
Fuente
de la Vida, el
origen
de toda conciencia, es
una
Única FUENTE, una ÚNICA
CONCIENCIA.
Acercarse a la comprensión de
la Realidad que
es LA
GRAN CONCIENCIA ORIGINAL requiere del conocimiento de las diferentes dimensiones en las que se manifiesta y cómo se manifiesta. Requiere
un proceso de
aprendizaje que empieza
en esta tercera dimensión.
En nuestro cuerpo material podemos medir el largo, ancho y alto de sus tres dimensiones, pero no podemos ver su Cuarta Dimensión, el Alma que lo anima, que lo electrifica para
darle movimiento, y aún menos, podemos ver su Quinta Dimensión, el conductor del
Alma. La Conciencia que le da origen, el Ser, el
Espíritu dador
de
Vida. Aún hay
dos dimensiones
Superiores donde se
alcanza el
total desarrollo, la Conciencia
Total
del
Espíritu, la Conciencia de ser
UNO con Dios.
De modo que son tres las
dimensiones
que podemos
ver
en el
Espacio
y
son siete
las
dimensiones contenidas en Dios.
La comprensión de la Verdad que es DIOS requiere una experiencia que adquirimos según vamos ascendiendo en las diferentes dimensiones que representan la REALIDAD que es ÉL.
La síntesis, en una sola palabra, de la Realidad que reina en cada Dimensión de DIOS nos puede dar un brevísimo y fugaz entendimiento de cuánto nos falta aún por
aprender.
En esta Tercera Dimensión aprendemos la Realidad que es LA MATERIA.
En la Cuarta Dimensión aprendemos la Realidad
que es EL MOVIMIENTO.
En la Quinta Dimensión
aprendemos la Realidad que es LA VELOCIDAD.
En la Sexta Dimensión
aprendemos la Realidad que es LA INSTANTANIEDAD.
En la Séptima Dimensión aprendemos la Realidad
que
es LA SIMULTANEIDAD.
En el noveno capítulo, desde la página 81 a 90,
el autor nos introduce en la Verdad que
representa la Conciencia y
amplía nuestra visión sobre el Universo, sobre nosotros
mismos
y sobre DIOS.
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